Siempre hay dos de todo

Checo Aguilera
1 min readFeb 26, 2021

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Existen dos clases de todo.

Hay dos clases de silencio: uno que asfixia y ahoga; otro que oxigena, equilibra y armoniza.

Hay dos clases de cansancio: uno tedioso y estéril; otro lleno de sentido, rico y fecundo.

Hay dos clases de soledad: una que destruye; otra que edifica, planifica y revive.

Hay dos clases de trabajo: uno que esclaviza y mutila; otro que vivifica, ilumina y libera.

Hay dos clases de risa: una que ofende y agrede; otra que alegra, entusiasma y reanima.

Hay dos clases de mirada: una que degrada y mutila; otra que enaltece, reconforta y sublima.

Hay dos clases de relaciones: una que aniquila y envilece; otra que logra el milagro que hacer surgir lo mejor de nosotros mismos.

Hay dos clases de todo (o de casi todo).

Desde el fondo cada uno sabemos con qué clase disfrutamos vivir.

Inspirado en el poema “dos clases”, autor desconocido.

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